Marvão es un pequeño pueblo en la frontera entre España y Portugal, a la altura de Valencia de Alcántara, en la carretera principal desde Cáceres. No está en la región Oeste de Portugal, pero hemos pensado que merecía una entrada en este blog por tres motivos: primero, porque por su historia, encanto y ubicación, es un punto habitual de parada en los viajes en coche hacia la costa portuguesa; segundo, porque tiene varios restaurantes y actividades muy interesantes para una escapada de fin de semana; y tercero, por una nueva experiencia, divertida y diferente, que se puede hacer en la zona, y que permite sentirse durante unas horas como Buster Keaton en El Maquinista de la General.
Empezando por el final, si nos gusta pedalear en plena naturaleza y disponemos de un par de horas, no podemos dejar de probar Rail Bike Marvão, que ofrece rutas en unos vehículos a pedales biplaza que ruedan por las vías de tren ahora en desuso. El recorrido permite disfrutar de una forma diferente de esta zona, de gran belleza natural, en el entorno del parque Tajo Internacional, reserva de la Biosfera.
Otra actividad muy interesante es la visita al Lagar Museo Melara Picada Nunes, donde ofrecen unas visitas guiadas de 75 minutos que incluyen una explicación práctica sobre la historia y elaboración del aceite, una pequeña degustación y nos regalan una muestra de su oro líquido.
Entre los restaurantes, en la zona del río Sever hay varios interesantes como JJ Videira, Sever o Milhomens. Y no debemos irnos de Marvão sin subir hasta el castillo y disfrutar de sus increíbles vistas 360º del Alentejo y Extremadura, esas dos regiones ahora tan unidas que hasta concurren juntas a proyectos europeos con el acrónimo ALEX, rompiendo aquella vieja frase de José Saramago de que España y Portugal son dos hermanos siameses que nacieron unidos por la espalda y jamás se han visto la cara. Hoy en día ya no es así, cada vez hay mayor conocimiento y aprecio entre ambos pueblos y Marvão resulta un excelente punto de encuentro para comprobarlo.