Nave Lagoa

Destination wedding: let’s marry in Óbidos

Es un clásico de internet el recorrido histórico por los trajes de baño y cómo han ido reduciendo progresivamente su tamaño, desde los recatados trajes de cuerpo entero de principios del siglo XX, al bañador de una pieza, la llegada del bikini en los años 60, y un cierto revival del bañador que se observa de tanto en tanto.

Con las bodas también se ha producido últimamente una notable evolución. Hace unos años lo más habitual era una boda multitudinaria, en una iglesia o un entorno formal de la zona de residencia de los novios. A partir también de los años 60, algunos jóvenes empezaron a ver ese tipo de bodas como excesivamente convencionales y optaron por no casarse. Pero eso les generaba algunas complicaciones legales y desde las Administraciones Públicas se empezaron a crear registros de uniones civiles o de parejas de hecho, en los que se podían inscribir y adquirir derechos similares al matrimonio aquellos que no querían casarse formalmente. Hoy en día en la mayoría de países europeos conviven ambos sistemas, pero se observa una clara tendencia descendente en la inscripción en esos registros paralelos, quizás porque la verdadera diferencia está entre formalizar o no y no tanto en hacerlo en un registro u otro. O quizás porque en los últimos años han surgido nuevas y variadas formas de celebrar los matrimonios, en sitios más originales, en la playa, en el bosque, en entornos singulares, que han vuelto a hacer más atractivo el concepto de casarse.

Una de esas fórmulas nuevas es el llamado destination wedding. Consiste en celebrar la boda lejos del lugar de residencia de los novios y convertir la boda en toda una experiencia cultural, original y diferente. Supone a menudo un reto logístico pero también una oportunidad de compartir más intensamente con los amigos y familiares la preparación, la celebración y hasta el propio viaje.

Este tipo de bodas suelen ser algo más reducidas en número de asistentes porque a veces las distancias complican un poco la asistencia de la típica tía Agatha. Ese número más reducido genera también a veces momentos más intensos, una experiencia grupal, más compartida, en la que todos acabamos siendo más participantes que invitados.

Óbidos es un destino recurrente para ese tipo de bodas, sobre todo en primavera y otoño, que es seguramente cuando el encanto de sus murallas y calles medievales combina mejor con el romanticismo que impregna cada rincón de la villa, como se ve por ejemplo en esta imagen del gran equipo de fotógrafos especialistas en bodas Aguiam.

Pero en la línea práctica que caracteriza al equipo de Nave Lagoa, es importante avisar a cualquiera que se plantee una destination wedding en Portugal que aquí no hay bodas express como en Las Vegas y que hay que iniciar los trámites varios meses antes para asegurar que en el último momento no nos falta una traducción o el apostillado de un documento esencial.

Abrimos el foro por si alguien quiere compartir su experiencia positiva o negativa en torno a este tema tan apasionante (nunca mejor dicho).